La Quinta Vaz Ferreira

el proyecto pedagógico. el parque escolar familiar.

   


La casa y el jardín constituyen el ámbito donde el matrimonio Vaz Ferreira desarrolló un modelo de vida inmerso en la música y la naturaleza, en libertad para el disfrute y la fantasía. En ese ambiente  el matrimonio impulsó la escolarización de sus ocho hijos, aplicando a escala familiar las ideas desarrolladas por Vaz Ferreira en el proyecto de Parques Escolares que impulsó por décadas.

El objeto del proyecto de Parques Escolares, era acercar a los niños de la ciudad el contacto con la naturaleza. Para ello proponía aglutinar las escuelas urbanas, con todos los servicios, en medio de parques arbolados que albergaran actividades recreativas, deportivas, gimnásticas, trabajo manual, de investigación, de tal manera que la enseñanza se impartiera, según el estado del tiempo, alternativamente en el edificio escuela o en el exterior entre los árboles, la luz y el aire.

En resumen: esos niños estarían allí como están los niños que viven en las quintas, como están por ej. mis hijos. Yo no quiero para los hijos de los demás lo que no quiero para los hijos míos. Mis hijos viven siempre en una quinta, es decir, en un grupo de piezas rodeadas de árboles. Viven en invierno como en verano. A pesar de tener una herencia más bien poco robusta, son muy sanos. No he perdido ninguno. Algunos hasta no se han enfermado nunca1

Elvira Raimondi, maestra brillante, fue quien llevó adelante este proyecto de escolarización familiar, manejó el estudio reglado, con horarios establecidos, combinado con el tiempo libre y el ocio donde se incorporaban juegos y deportes. Promovió la lectura voluntaria de buenos libros, para lo cual  había libre acceso a la biblioteca de Vaz Ferreira. Testimonios escritos de sus hijos dan cuenta de esta experiencia:

Sara comenta la actitud de su padre: “aplicaba íntegramente con sus hijos la idea directriz de penetración: es decir proporcionar buenos libros, material noble y que el lector  se arregle” 2

Raúl en sus Memorias confirma esta teoría con su propia experiencia. Interesado desde muy pequeño por la zoología disfrutaba mirando figuras de una colección sobre “Historia de los animales” existente en el escritorio del padre, comenta:

 “… sobrepasé los ocho años sin saber leer. Pero en ese tiempo llegó a casa un tomo científico de zoología… que además de figuras de peces, aves y mamíferos tenía escrito los nombres científicos debajo. También llegó una guía del Jardín Zoológico de Montevideo de divulgación….Esto renovó mi atención y la de mi madre, cuyos métodos clásicos de enseñanza de lectura habían fracasado. Me dio dichos libros para que tratara de leer los nombres de los animales”. 3 El método resultó, a partir del interés por los nombres científicos de los animales, además de aprender a leer inició su camino hacia la zoología, a la que se dedicó toda su vida.

El jardín jugó un rol esencial en el acercamiento de los hijos a las ciencias naturales. Vaz Ferreira era un buen conocedor de los insectos, tenía nociones muy avanzadas para la época sobre la comunicación entre las gallinas. Criaba gallos ingleses sobre los cuales hacia estudios de genética. Instaló un estanque con peces y plantas acuáticas. Tenía  gran afición por los pájaros, para los que hizo construir cuatro enormes pajareras que poblaba de especies autóctonas y exóticas.

Estas inquietudes las compartió con sus hijos, preocupándose de interesarlos en aprender espontáneamente la vida de los seres vivos y hechos interesantes de la naturaleza, creándoles a la vez hábitos de observación de los fenómenos naturales y de anotación de sus experiencias con  redacción clara y exposición ordenada. Observaciones recogidas en un diario de circulación familiar, “El pájaro”, redactado entre 1912 y 1915 por Carlos y Alberto, hijos mayores de Vaz Ferreira, testimonian esta experiencia.
Estas actividades orientaron la vocación científica de Alberto y Raúl, quienes resultaron reconocidos investigadores.

Raúl cuenta, en sus Memorias, las investigaciones que realizó en su infancia con su padre. Sobre los pájaros dirá:

 “Tanto él como yo tuvimos oportunidades de estudiar con detalle las costumbres, que en pajareras de esa extensión, les permitían a pájaros uruguayos y extranjeros, mantener comportamientos en forma similar a la natural”. 4

Pretendiendo criar horneros, colocaron 20 en una pajarera, esperando que nidificaran sin saber que una pareja necesita para poder procrear, un cuarto de hectárea de territorio exclusivo.

Vaz Ferreira había instalado gallineros extensos y un cuarto especial en que se guardaban alimentos para los pollos, libretas de pedigree y libros de genética aviaria.

Sobre la información  que Vaz Ferreira le trasmitió sobre comunicación entre las aves, continúa Raúl:

“Lo primero que me enseñó fueron los conocimientos que él había visto y oído sobre la comunicación entre gallinas y gallos: el me enseñó a conocer por el oído la señal de “depredador de aire” (que emiten gallos y gallinas para indicar un enemigo tal como un halcón que se acerca en vuelo, lo que deja prevenidos a todos los habitantes del gallinero o de la bandada).

También me enseñó a conocer el grito indicativo de “depredador que se acerca por tierra” (que usan ambos sexos para indicar que un depredador terrestre tal como un zorro se acerca  por tierra. También el grito de “pollito extraviado” y muchos otros sonidos desde el punto de vista social.


Cabe señalar que mi padre había hecho esas observaciones antes del año 1920 y que las primeras descripciones del lenguaje animal datan de períodos posteriores o simultáneos y fueron realizados por investigadores europeos, especialmente Wesemberg Lund, que estudió también el lenguaje de las gallinas, cuyos trabajos no llegaron a Sudamérica hasta muchos años después.


Cabe anotar que si mi padre hubiera publicado en su momento sus hallazgos, su trabajo hubiera tenido prioridad sobre los numerosísimos trabajos que todavía se publican hoy día, sobre comunicación animal.“
5

Sobre la cría de gallos ingleses, de riña, sobre los que Vaz Ferreira estudiaba genética, Raúl da cuenta del procedimiento empleado:

...los domingos de mañana, con una concurrencia de 12 a 15 personas dedicadas a los gallos ingleses, incluyendo en forma evidente, personas que iban a ver los gallos con intención de probarlos en los reñideros (prohibidos) que funcionaban en Montevideo. Los concurrentes, recuerdo que eran: serenos de bancos, policías, militares, comerciantes, artesanos y otros aficionados a los gallos que también los criaban. Las conversaciones eran “estrictamente profesionales”, algo así como de una genética aplicada, tratando de estimar las capacidades de cada individuo por la calidad de los parientes que estaban registradas en las libretas en “el cuarto de pollos”. Recién mucho después me empecé a dar cuenta de qué era lo que causaba que en la cocina de mi casa había ciertos momentos que se cocinaban y se llevaban al almuerzo en días sucesivos, varias gallinas y pollos, y también cuál era la utilidad de los libros de genética: los parientes del gallo que huía en pelea eran luego sacrificados”. 6

En cuanto al esparcimiento, Vaz Ferreira jugador de pelota vasca, alentó este deporte entre sus hijos. Se juega con share: paleta formada por una estructura de madera flexible a la que se teje una red de chaura que recibe la pelota.


1 Vaz Ferreira, Carlos.  Lecciones sobre Pedagogía y Cuestiones de Enseñanza. Vol 3. T XVI. Montevideo. Edición Homenaje Cámara de Representantes. 1963. p. 190
2 Vaz Ferreira de Echevarría, Sara. Carlos Vaz Ferreira. Maestro de Conferencias. Montevideo. Div. Publicaciones UdelaR 1984. p. 152
3 Dr. Vaz Ferreira Raimondi, Raúl. Memorias de un zoólogo. Recuerdos y evocaciones. Montevideo.Graphis Ltda. 2004. p. 127
4 Ibídem p. 129
5 Ibídem p. 128
6 Ibídem p. 130


 

 

 
 
 
 
 
 

 

 

 

 

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